El dolor durante el ejercicio es bueno o malo?
Sin dolor no hay ganancia.
Así suelen explicar los preparadores físicos o entrenadores personales las molestias que sienten las personas tras someterse a una rutina de ejercicios de alta intensidad.
Es un dolor que en el mundo de la actividad física o fitness lo califican de bueno dados los beneficios que produce al cuerpo pero, que si no se tiene cuidado, puede fácilmente transformarse en un dolor malo.
¿El placer del dolor?
El dolor que se siente después de hacer ejercicio se debe a microtraumas microscópicos producidos en las fibras estriadas de las músculos, provocados por la realización de una actividad intensa para la cual no están acostumbradas.
El dolor posterior al ejercicio se ha ganado la denominación de Daño Muscular Inducido Por El Ejercicio (DMIE). Eso significa que le podemos dar gracias a esos kilómetros extra por el dolor en los cuádriceps o a esas ultimas repeticiones en la rutina de pecho por el dolor en los pectorales.
Tenemos que aprender a diferenciar cuando el dolor es bueno y cuando el dolor es malo,
El dolor bueno se debe sentir de menos a mas, es decir mientras mas nos estamos ejercitando mas dolor sentimos hasta que el musculo se agota y ya no podemos ejercitarnos mas.
El dolor malo se siente normalmente desde el primer momento y afecta el ejercicio impidiendo continuar con los ejercicios hasta que logremos calentar el musculo o lubricar la articulación, este tipo de dolor nos impedira llegar al limite de nuestras fuerzas al entrenar.
Los peligros del sobre entrenamiento
Cuando presionas los músculos más allá del punto donde se pueden recuperar fácilmente, puedes estar sobre entrenando. Además, el abusar de la capacidad de recuperación de tus músculos puede llevar a una pérdida del desempeño atlético, pérdida de fuerza, depresión y otras dolencias neuromusculares de carácter temporal o permanente.
Si sigues ejercitándote a pesar de tener síntomas de sobreentrenamiento, te arriesgas a una lesión mayor. Además el excesivo esfuerzo sobre los grupos musculares del cuerpo, tienen una incidencia directa en la pérdida de capacidad de respuesta del sistema inmunológico, haciéndote propenso a infecciones y otras enfermedades contagiosas.
En caso de experimentar síntomas de sobre entrenamiento, toma unos días de descanso de tu rutina y si tus dolores musculares se hacen más severos o no ceden en intensidad, acude a un doctor para una evaluación física y estudios que permitan determinar el nivel de daño y la terapia a aplicar para que el músculo o grupo muscular sane rápidamente.
Evalúa tu dolor antes de seguir entrenando
Si el dolor es de baja intensidad y conservas un rango completo de movimiento, puedes seguir realizando ejercicios de baja resistencia o ejercicios cardiovasculares de baja intensidad como caminar o andar en bicicleta.
Por el contrario, si el dolor es intenso y sientes que has perdido coordinación o rango de movimiento en los músculos afectados, debes cesar la actividad o reducirla al máximo para evitar daños a tus articulaciones al agregar tensión adicional sobre estas.
Si experimentas dolor muscular repentino mientras realizas actividad física, es señal de que se ha forzado o desgarrado un músculo por haberlo llevado más allá de su capacidad. Todo tipo de ejercicio debe cesar de inmediato y se debe acudir a un médico para una evaluación del problema.
Reposo
Si bien la fatiga asociada al dolor bueno es considerada positiva hay un punto de inflexión que suele pasar desapercibido y da cabida a que la molestia se transforme en un dolor malo.
«Es cuando se somete al cuerpo a trabajar en exceso y no se permite que tenga el tiempo de recuperación que necesita», resaltó Sánchez Diego.
Los músculos, tendones, ligamentos, cartílagos y huesos conforman la estructura del cuerpo que está expuesta y reacciona al estrés que causa el ejercicio.
Si el estrés aumenta de manera muy rápida, el organismo no puede responder de manera efectiva y se produce una descomposición que requiere un tiempo de reposo.
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